Harto de la homofobia

La homofobia sigue existiendo y sigue recorriendo nuestras calles, deambula por nuestras ciudades, camina a nuestro lado sin que apenas nos demos cuenta, o sí. La homofobia existe, aunque por suerte, cada vez haya menos personas homófobas.

Hace un par de semanas leí un artículo que hablaba sobre la agresión que había sufrido una pareja homosexual en plena calle de Barcelona.

A las cinco de la mañana, volvían de fiesta, Álex, de 30 años y su amigo Marcos, de 24. Un coche pasó junto a ellos con cinco ocupantes, que bajaron la ventana para insultarles: “Maricones de mierda, os vamos a matar”.

Los agresores bajaron del coche y persiguieron a la pareja, Álex logró esquivar el primer puñetazo, que apenas le rozó el labio. Pero no el segundo. También recibió un golpe en la zona posterior de la cabeza y una patada en el costado derecho. Pero el que se llevó la peor parte fue su amigo Marcos. “Yo estaba intentando defenderme. Me asusté cuando vi que lo habían tirado al suelo y que había sangre a su alrededor”.

Cuando leí la noticia un escalofrío recorrió mi cuerpo y volví a hacerme la pregunta de siempre: ¿cómo es posible que en pleno siglo XXI aún sigan existiendo este tipo de agresiones por el mero hecho de ser homosexual? Despertaron de repente en mí miedos y fantasmas a la vez que la rabia crecía en mi interior.

Me revuelve las entrañas pensar que en cualquier momento yo puedo ser Álex, Marcos, o cualquiera de esas personas que por tener la misma orientación sexual que yo sufren a diario algún tipo de discriminación, insulto o agresión.

Cuando hablo con mis amigos y me dicen que el mundo ha cambiado, que ahora llevamos una vida de lo más “normal” y que nadie nos increpa, ni nos insulta, ni nos infravalora y mucho menos… ¡Nos golpea! No es esa la realidad que vivimos muchos de nosotros o que hemos vivido o que hemos conocido.

IMG_20170713_123332

Por suerte, ahora yo llevo la vida que siempre he querido, no puedo quejarme de casi nada, aunque a veces note miradas, algunos murmullos, o haya recibido algunos comentarios e incluso alguna risa. Pero jamás ha pasado de eso. Nunca he sufrido ningún tipo de maltrato físico, aunque sí he sufrido algún insulto.

Al parecer, los ataques homófobos se llevan la palma en cuanto a ataques por “motivo de odio” en nuestro país. Después irían los inmigrantes, seguidos de los minusválidos y para acabar esta lista, por los sin techo.

Este año, el colectivo LGBT ha sufrido 287 agresiones homófobas en la Comunidad de Madrid, que son 47 más que los 240 anotados en todo 2016, sin contar las que, por miedo a represalias, no se habrán denunciado. Las cosas no están tan bien como parece… No todo el mundo está tan bien como creemos.

Actualmente hay mas de 8 países en el mundo donde ser homosexual está castigado con la pena de muerte, hay mas de 70 donde es ilegal y está castigado con penas de cárcel; en muchos lugares, además, los homosexuales, aunque no son perseguidos por la ley, si son objeto de rechazo social, discriminación e incluso acoso. La homofobia ha alcanzado niveles peligrosos. En muchos casos los ataques son incluso alentados por políticos y líderes religiosos.

¡Ya está bien! Ya está bien de que una persona a causa de su orientación sexual no pueda disfrutar de su vida, que no pueda pasear de la mano o hacer cualquier tipo de muestra de amor en público. Ya está bien, que, por un simple beso, se gire todo el mundo a mirarte, que se oiga algún insulto, que se vea alguna cara de asco. Ya está bien de que este colectivo no pueda ser libre de verdad, libre del todo. Libre para andar, para besar, para mirar, para ser mirado… Libre de verdad, sin ser odiado, observado, insultado, perseguido o menospreciado.

Y no olvides una cosa: no hace falta ser homosexual o transexual para luchar por sus derechos. Está en manos de todos conseguir que el mundo sea un lugar mejor para amar en libertad.

Ojalá y ese día llegue pronto.

capture-20171231-013325

Deja un comentario